Todo esta inventado, o eso dicen, por eso a veces para apreciar lo que se hace ahora y hacerlo con fundamento, hay que echar la vista atrás y fijarse en lo que se hizo. Habrá quién diga «¡es muy fácil, cualquiera podría haberlo hecho!». Cierto. Pero no fuiste tú, ni fue alguien anterior, fue George Hurrell durante los años 30-40 del pasado siglo.
Caracterizado por sus delicados retratos, coge la esencia el modelo y lo eleva a su máxima expresión. Capaz de sacar en la sencillez de una toma el potencial con el que vender a los modelos como si de el mejor de los productos se tratase. Delante de su objetivo ha tenido, nada más y nada menos, que a personas de la talla de Rita Hayworth, Greta Garbo o el grandísimo artista del cine mudo -personalmente soy muy muy fan- Buster Keaton. Hoy te cuento a través de sus imágenes cómo consiguió convertirse en padre del glamour Hollywoodiense.




El amor por el arte vino a la vida de Hurrell durante el instituto y se afianzó con la pintura después de haberse graduado. Fue a través de la escuela de arte donde comenzó a conocer una cámara fotográfica. Pero no fue donde definitivamente la cogió puesto que el famoso pintor Edgar Alwyn Payne -que dió una conferencia en su centro de estudios- se fijó en su estilo de pintura e instó al muchacho a que se convirtiera en un gran pintor en Laguna Beach, donde, según parecía, era donde encontraría todo lo necesario para destacar. Él no lo dudó y ante tal proposición se lanzó. Cuando llegó allí -en resumidas cuentas- fue cuando conoció, a través de su mentor y de sus amigos, a los que serían sus primeros modelos. En primera instancia no resultaban fotografías destacadas, sino más bien sencillas, informativas, relatando lo que su ojo estaba viendo, sin saber aún que los planos podían ofrecerle una visión más cercana, íntima y espectacular. Poco a poco desarrollo esta técnica -todos sabemos que esto solo se consigue con constancia, tiempo y esfuerzo-. Aunque en realidad, la culpa fundamental de que George Hurrell acabara ejerciendo la fotografía y desarrollandola, tiene nombre y apellidos: Florence Leontine Lowe Barnes.





Ella fue la que delegó su intuición femenina y lanzó a Hurrell al mundo fotográfico de cabeza. La que después de quedar maravillada con las instantáneas que Hurrell le había realizado, le pidió que realizara una sesión de fotos a su amigo Ramón Novarro para abrirse camino en el mundo de la ópera; ya que pensaba que no iba a poder seguir trabajando en cine mudo, -no le sirvió de mucho porque siguió siendo actor-; pero eso le llevo a hacer una sesión de fotos más adelante a la actriz Norma Shearer (¡musa!) -su marido le dijo que no podía interpretar el papel principal en la película ‘la divorciada’ porque no era lo suficientemente sexy, así que Hurrell se encargó de sacar ese lado sexy. Después de ver las fotos, su marido se lo pensó mejor, es más, no solo consiguió el papel sino que ganó el Óscar a la mejor actriz por su interpretación. A partir de ahí todo lo que os cuente serán datos y nombres… qué, cualquiera lo habría hecho, ¿eh?
Si te gusta el estilo de George Hurrell no puedes perderte el diseño editorial de Ina Jang o la fotografía delicada de Martina Matencio entre otros, en la sección fotografía. Saca la cámara, prueba planos nuevos -y enséñamelos ya que estás- y nos vemos por tierras internautas.
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